Cómo prevenir las lesiones musculares en piernas y pies

Qué es la bursitis: causas, síntomas y cómo aliviarlo

La bursitis es un trastorno que afecta a las bolsas sinoviales, es decir, los sacos de fluido que se encuentran alrededor de las articulaciones y que amortiguan la actividad de los tendones, huesos y músculos.

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La bursitis es un trastorno que afecta a las bolsas sinoviales, es decir, los sacos de fluido que se encuentran alrededor de las articulaciones y que amortiguan la actividad de los tendones, huesos y músculos. Cuando estas bolsas se inflaman aparece la bursitis. Normalmente, afecta más al codo, al hombro y a la cadera. Sin embargo, este trastorno también puede darse en el talón, en la rodilla y en la base del dedo gordo del pie. Lo habitual es que la bursitis aparezca cuando se mantiene una postura forzada continuada.

Síntomas de la bursitis

Si sufres bursitis, los síntomas que sentirás en las articulaciones afectadas serán los siguientes:

  • Sensación de rigidez.
  • Molestias en cada movimiento o presión.
  • Hinchazón y enrojecimiento.

Causas

Entre las causas más destacadas de la bursitis se encuentran las posturas forzadas o los movimientos repetitivos. Por ello, es bastante común que lo sufran personas como los barrenderos, los enfermeros, los peluqueros, los cocineros o los camareros. Todos ellos tienen que mantener durante horas el cuerpo en una posición que no es la más cómoda ni la más natural.

Por otro lado, existen otras causas como los traumatismos o las lesiones en la zona afectada. También la artritis, las infecciones o la gota.

Factores de riesgo

Según los expertos, cualquier persona tiene la posibilidad de sufrir bursitis. Sin embargo, hay factores que pueden aumentar el riesgo de padecer este trastorno:

  • La edad: a medida que las personas se hacen mayores tienen mayores posibilidades de sufrir bursitis
  • Profesiones: en el caso de que una persona se dedique a una profesión en la que se realice mucha presión sobre la bolsa sinovial o se mantengan posturas forzadas, el riesgo de padecer bursitis se multiplica. Algunos ejemplos son poner baldosas, limpiar los suelos de rodillas, tocar un instrumento musical o pintar.
  • Otras afecciones: existen ciertos trastornos o enfermedades, como la diabetes, la artritis o la gota, que afectan a la hora de sufrir bursitis. El sobrepeso, por ejemplo, también influye en el estado de las bolsas de líquido que posee el cuerpo en las zonas de las articulaciones, sobre todo en la rodilla y en la cadera.

La bursitis y la postura al trabajar

Tal y como hemos explicado antes, la bursitis aparece en muchas ocasiones por el tipo de postura en la que permanece el cuerpo. Es más, el teletrabajo ha influido en el número de casos de este trastorno. El hecho de trasladar las tareas profesionales a casa ha provocado que el nivel de relajación de los empleados disminuya y aumenten las posturas inadecuadas.

Así, el hecho de estar sentado frente al ordenador de cualquier forma o tener que responder a llamadas de manera constante provoca, no sólo dolor lumbar o de cuello, molestias en las rodillas y los músculos de las piernas por las horas sentados. A veces, el hecho de querer llevar a cabo ciertas acciones con rapidez en vez de con cuidado, provoca que el organismo se vea resentido en diversos aspectos.

Por otro lado, el hecho de estar de pie de forma constante o realizando movimientos repetitivos mientras se mantienen posturas forzadas provoca que el cuerpo abandone la sensación de confort para adaptarse a la actividad que se quiere desarrollar, aunque esta le perjudique. Como consecuencia, se producen lesiones musculoesqueléticas, afectando al tronco, al cuello, a las piernas y a los brazos. Agarrar una guitarra de manera constante, estar de pie o sobre el lavadero de cabezas en la peluquería, limpiar con una escoba durante horas la vía pública o ir de habitación en habitación para comprobar la situación de los pacientes que se encuentran hospitalizados puede dañar las zonas de las articulaciones.

¿Cómo prevenir la bursitis?

Es cierto que no todos los tipos de bursitis -isquial, tocantérea o subacromial, entre otras- pueden prevenirse. Ahora, es posible reducir su riesgo cambiando, por ejemplo, desarrollando algunos hábitos al realizar ciertas actividades. Algunos de los consejos que se pueden seguir son los siguientes:

  • Complementos alimenticios: existen complementos alimenticios que permiten fortalecer tanto los músculos como las articulaciones y los huesos, como Fisiocrem músculos y articulaciones. Compuesto a base de ingredientes naturales como el magnesio, el colágeno, la Vitamina C y el ácido hialurónico, puedes incluirlo como complemento para reducir el impacto de la actividad diaria sobre tu cuerpo. Este producto ayuda a que las lesiones puedan prevenirse con mayor facilidad,contribuye al cuidado de tus articulaciones y ayuda a que la recuperación muscular tenga lugar de una forma más sencilla.
  • Levantar objetos de una forma correcta: cada vez que se quiera levantar cualquier peso, ya sea en casa o en el trabajo, es necesario doblar las rodillas de forma adecuada y sin forzar la espalda. La razón es que si las rodillas se mantienen rectas, las bolsas sinoviales de las caderas tendrán que hacer un esfuerzo mayor.
  • Uso de instrumentos de soporte: el uso de rodilleras o coderas, por ejemplo, permite que se reduzca la presión que se ejerce sobre estas zonas a la hora de realizar ciertos trabajos. Igualmente, a la hora de empujar cargas pesadas, por ejemplo, es recomendable usar ruedas.
  • Los descansos: sin duda, cuando se realiza cualquier esfuerzo los descansos son muy necesarios. A veces, basta con realizar otras tareas que supongan un cambio de postura con respecto a la que se ha estado ejerciendo hasta el momento.

Otros puntos importantes: hacer ejercicio, seguir una dieta equilibrada y mantener un peso saludable también puede prevenir la bursitis.

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