Cómo tratar el dolor inguinal al correr: causas comunes y soluciones
Esta patología puede presentarse durante varios años. Incluso existen eventos especializados, como los congresos sobre 'Dolor inguinal y deporte', donde se analiza en profundidad, se busca comprender mejor y se discuten soluciones para tratar esta problemática.
El dolor inguinal al correr es una molestia común entre los corredores que puede variar desde un leve malestar hasta un dolor más intenso, afectando significativamente el rendimiento deportivo. Este tipo de dolor se localiza en la zona entre el abdomen y el muslo, y suele estar relacionado con el uso excesivo de ciertos grupos musculares o lesiones en la cadera y la pelvis. En este artículo, exploraremos las causas más frecuentes de este dolor, las soluciones recomendadas y algunos ejercicios efectivos para aliviar las molestias. También, cómo puede ayudarte Fisiocrem.
Causas del dolor inguinal al correr
1. Sobrecarga muscular y desequilibrio
Es importante recordar que el equilibrio muscular es clave, ya que una de las causas más comunes del dolor inguinal al correr es el uso excesivo de los músculos aductores y del iliopsoas, fundamentales para el movimiento de la cadera. El sobreesfuerzo repetitivo o un desequilibrio en la musculatura de la cadera y los glúteos puede generar tensiones excesivas en estos músculos, provocando dolor.
2. Pubalgia u osteítis del pubis
La pubalgia, es otra causa frecuente, sobre todo en corredores que aumentan la intensidad de sus entrenamientos de manera abrupta. Esta condición se caracteriza por la inflamación de la zona púbica y puede irradiar dolor hacia la ingle.
Además, algunos corredores experimentan osteítis del pubis, una inflamación de la sínfisis púbica, que también provoca molestias en la ingle durante la carrera.
3. Pinzamiento femoroacetabular
“Cuando la pieza no encaja bien”. Este problema ocurre cuando hay un roce anormal entre la cabeza del fémur y el acetábulo (articulación), lo que puede generar un dolor punzante en la ingle que se intensifica con los movimientos complejos de flexión y rotación de la cadera.
Este problema es frecuente en atletas jóvenes y puede requerir evaluación médica y tratamiento fisioterapéutico si el dolor persiste.
Cómo curar el dolor inguinal
El tratamiento del dolor inguinal depende de la causa subyacente, pero en la mayoría de los casos, se pueden aplicar medidas conservadoras antes de optar por soluciones más invasivas. Recuerda que siempre es bienvenido un buen diagnóstico.
1. Reposo y ajuste de entrenamiento
El primer paso es reducir o modificar la actividad física. Evitar correr durante unos días o ajustar el entrenamiento para incluir ejercicios de bajo impacto puede prevenir que la lesión empeore. El descanso es crucial para permitir que los músculos y tejidos inflamados se recuperen.
2. Equilibrio muscular y articular
Es fundamental para frenar o prevenir el dolor inguinal. Para ello, es clave movilizar diariamente las caderas sin forzarlas ni generar dolor en la zona de las ingles. Antes de movilizar la cadera, aplica un leve masaje en la zona afectada con la crema de masaje deportivo Fisiocrem Gel Active para preparar músculos y ligamentos. Incorporar estiramientos suaves enfocados en los miembros inferiores y la espalda baja ayuda a mejorar la flexibilidad y a reducir la tensión acumulada en la cadera. Estos ejercicios no solo promueven una mayor movilidad, sino que también permiten evitar descompensaciones musculares que puedan generar dolor o incomodidad.
3. Fisioterapia
En casos donde el dolor persiste, la fisioterapia puede ser esencial. Un fisioterapeuta puede recomendar ejercicios específicos de fortalecimiento y estiramiento para corregir el desequilibrio muscular y mejorar la estabilidad en la zona pélvica.
También te recomendaría considerar técnicas como la diatermia o el diamagnetismo, ya que son estrategias que pueden acelerar la recuperación en un 30-40 % del tiempo habitual, mejorando tanto la regeneración de los tejidos como la reducción de la inflamación.
4. Inyecciones terapéuticas
En algunos casos graves, las inyecciones de corticoides o de plasma rico en plaquetas (PRP) pueden ser necesarias para reducir la inflamación y mejorar la recuperación.
Sin embargo, estos procedimientos suelen considerarse solo si los tratamientos conservadores no han sido efectivos.
Ejercicios para aliviar el dolor inguinal
La incorporación de ejercicios terapéuticos es clave para prevenir la recurrencia del dolor inguinal y mejorar la resistencia muscular.
1. Fortalecimiento de aductores
Antes de ejercitar la zona, resulta muy útil prepararla. Una opción es aplicar Fisiocrem Gel Active y realizar un automasaje en los músculos que se van a trabajar para optimizar su rendimiento y prevenir lesiones.
Uno de los ejercicios más efectivos para fortalecer los músculos aductores consiste en utilizar una toalla enrollada entre las piernas. Sentado cómodamente, presiona la toalla cerrando las piernas sin causar dolor, manteniendo la contracción durante 20 segundos. Realiza 3 series de 15 repeticiones al día. Es importante que durante el ejercicio mantengas una leve contracción del abdomen, lo que ayudará a estabilizar el core y mejorar la efectividad del movimiento.
2. Extensiones de cadera o patada de burro
Este ejercicio consiste en estirar una pierna hacia atrás desde una posición de cuadrupedia, fortaleciendo los glúteos y la musculatura pélvica. Este movimiento mejora la estabilidad de la cadera y reduce la tensión en la zona inguinal.
3. Estiramientos de cadera
Los estiramientos de iliopsoas y cuádriceps son esenciales para mantener la flexibilidad y prevenir lesiones, especialmente después del entrenamiento. A continuación, se explica la función de estos músculos y su importancia:
Iliopsoas
El iliopsoas es un grupo de músculos que incluye dos principales: el psoas mayor y el ilíaco. Es uno de los flexores más importantes de la cadera y conecta la parte inferior de la columna vertebral con el fémur. Este músculo juega un papel fundamental en los movimientos de flexión de la cadera, como levantar la pierna hacia adelante al caminar o correr. Estirarlo después del ejercicio ayuda a aliviar la tensión acumulada en la zona lumbar y la pelvis, previniendo dolores y lesiones en la cadera y la espalda baja.
Cuádriceps
El cuádriceps está compuesto por cuatro músculos: el recto femoral, el vasto lateral, el vasto medial y el vasto intermedio. Este grupo muscular se encuentra en la parte frontal del muslo y es responsable de la extensión de la rodilla y la flexión de la cadera. Al estirar los cuádriceps tras el entrenamiento, se mejora la flexibilidad de los músculos y tendones, lo que es clave para evitar tirones musculares, reducir el riesgo de sobrecarga y mantener la amplitud de movimiento en las piernas.
Incorporar estiramientos de ambos grupos musculares tras cada sesión de entrenamiento no solo previene lesiones como las contracturas, sino que también promueve una recuperación más rápida y saludable.
Conclusión
El dolor inguinal al correr puede deberse a una inmensa variedad de causas, como la sobrecarga muscular, la pubalgia o problemas articulares en la cadera. Para tratarlo de manera efectiva, es fundamental identificar la causa exacta, reducir la actividad física temporalmente y aplicar medidas terapéuticas, como automasaje con cremas de masaje deportivo como Fisiocrem Gel Active, fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento. En caso de que las molestias persistan, es recomendable consultar a un especialista para explorar tratamientos más avanzados. Con los cuidados adecuados, es posible aliviar el dolor y retomar el entrenamiento de forma segura.
Cuidar tu cuerpo es esencial para seguir corriendo sin dolor. Escucha a tu cuerpo y actúa a tiempo.