
Los dolores musculares por todo el cuerpo se producen de forma más común de lo que pensamos. Además, no siempre se dan en personas de edad avanzada.
Consejos y pautas para tratar lesiones musculares
Seguro que en alguna ocasión has despertado con el típico dolor de cuello (tortícolis) que te impide girar la cabeza, o que después de una sesión dura de entrenamiento algún músculo te ha empezado a doler.
Seguro que en alguna ocasión has despertado con el típico dolor de cuello (tortícolis) que te impide girar la cabeza, o que después de una sesión dura de entrenamiento algún músculo te ha empezado a doler.
Una de las causas principales de este dolor es la contractura muscular, vamos a explicar en qué consiste y cómo podemos aliviarla:
Un músculo cualquiera de nuestro cuerpo, explicado de forma simple, está formado por haces de fibras envueltos por una membrana (fascia) que le da forma. Estos haces son elásticos y pueden acortarse o estirarse.
Cuando un músculo aumenta su tensión estos haces de fibras se acortan y el músculo se contrae generando movimiento en nuestras articulaciones y cuerpo, esta es la base del movimiento.
Pues bien, cuando uno de estos músculos se mantiene contraído durante mucho tiempo, sin que nosotros queramos, y además, con dolor y limitación de la movilidad estamos hablando de la contractura muscular
¿Y por qué nos sucede esto?
Diversos son los motivos, vamos a enumerar los más habituales para que quede más claro:
Los malos hábitos posturales. El trabajo o las actividades de la vida diaria pueden hacer que nuestros músculos trabajen en posiciones forzadas durante mucho tiempo y acaben agotándose.
Las principales zonas donde aparecen las contracturas suelen ser la columna cervical y la musculatura de la espalda, así como también gemelos (pantorrillas) o antebrazos.
Afectan a gente de todas las edades desde bebés (torticolis congénita) hasta personas de la tercera edad. A pesar de que no se trata de una lesión grave puede dejarnos doloridos durante días si no se trata la contractura adecuadamente.
Y lo más importante de todo: ¿Qué debemos hacer para recuperarnos?
Pues como siempre se ha dicho el mejor remedio es la prevención. El calentamiento previo a cualquier actividad y la recuperación después de ella, dosificarnos en el ejercicio físico sin sobrepasar nuestras capacidades, realizar micro pausas (de un minuto) y macro pausas (5 minutos) si estamos muchas horas en la oficina, corregir las malas posturas o mantener una correcta hidratación durante la jornada pueden ser algunas de las medidas a tener en cuenta.
Por otro lado, si la contractura ya ha aparecido y nuestro músculo está tenso y dolorido estos son algunos remedios para aliviarlo y recuperarlo:
Si pasados unos días la situación no mejora es recomendable acudir a un fisioterapeuta para que pueda evaluarnos y aplicar un tratamiento más específico.
Ahora ya sabéis algo más sobre las contracturas musculares, os animamos a tener unos hábitos de vida saludables y si aun así aparecen las contracturas aplicar algunos de los consejos que hemos comentado.
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