
La contractura de gemelo es una de las afecciones y contracturas musculares más comunes, y la principal causa de incomodidades en la vida diaria.
Consejos y cuidados para tratar las lesiones musculares de piernas y pies
El síndrome del piramidal es una de esas expresiones que hemos escuchado decir a alguien de nuestro entorno en alguna ocasión para explicar que lo ha sufrido, pero… ¿Realmente sabemos de lo que hablan?
El síndrome del piramidal es una de esas expresiones que hemos escuchado decir a alguien de nuestro entorno en alguna ocasión para explicar que lo ha sufrido, pero… ¿Realmente sabemos de lo que hablan? En este artículo conocemos y ubicamos esta dolencia.
También conocido popularmente como “falsa ciática” comprende una serie de signos y síntomas fácilmente reconocibles.
Para ubicarnos lo mejor es empezar por decir que el piramidal o piriforme es un músculo que se sitúa en la parte posterior de la cadera (la nalga) y va desde el sacro hasta la cabeza del fémur, quedando tapado por el glúteo mayor.
Justo por debajo del piramidal pasa una parte del nervio ciático, con un tronco de diámetro considerable.
Es esta localización en nuestro cuerpo y la proximidad entre las dos estructuras (músculo y nervio) lo que hace que se pueda dar este síndrome, ya que la contractura, espasmo, traumatismo, inflamación u otro tipo de lesión del piramidal puede provocar que comprima el nervio ciático que esta justo debajo, desarrollando una sintomatología muy característica:
Además, la lesión del piramidal puede provocar puntos gatillo tanto en el mismo piramidal como en los músculos adyacentes (principalmente glúteo medio y menor) y generar dolores referidos a lo largo de la pierna hasta el pie como también en cadera e ingle.
Algunos de los motivos que pueden llevar a la lesión del piramidal pueden ser:
Afortunadamente tiene solución y el tratamiento puede pasar por varias técnicas, pero sobre todo de entrada hemos de cambiar los malos hábitos para evitar posturas incorrectas.
El automasaje es una de las técnicas que podemos aplicarnos utilizando roller foams o una simple pelota de tenis para deslizarlos sobre la nalga generando una presión suficiente para que llegue al músculo.
También podemos utilizar Fisiocrem Gel masajeando la zona para beneficiarnos de las propiedades analgésicas de sus componentes.
Los estiramientos analíticos también pueden ayudarnos a aliviar el dolor: sentados en una silla cruzamos una pierna por encima de la otra apoyando el tobillo sobre la rodilla contraria para seguidamente inclinar nuestro pecho hacia la cadera hasta notar la tensión.
Como también la aplicación de calor o frío (según tolerancia) durante 5-10’ sobre la zona glútea.
Si estas técnicas no son suficientes para mitigar el dolor, es recomendable acudir a un profesional sanitario para que puedan hacer una valoración y aconsejarnos.
Esperamos que esta explicación y consejos os sirvan para entender mejor este síndrome y… ¡Recuerda tener Fisiocrem siempre a mano!
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